Hay en la región de Carnota un antiguo decir popular que dice que desde la cumbre de la Moa se ven las torres de la catedral de Santiago. No se ve tal cosa desde allí, pero si hay un alineamiento equinocial del Cabo Finisterre, la Moa y Santiago. En un mapa, los tres puntos están en línea recta en estricta dirección Oeste-Este.
Explica este alineamiento el nacimiento de Santiago, como proyección del Pindo hacia el gran eje Norte-Sur que vertebra a la Galicia mas poblada. La ubicación del Pindo en una región apartada y remota habría provocado la aparición de este punto de Santiago al que el centro referencial transfiere un significado.
la catedral de Santiago no se orienta a un Oeste impreciso ,sino al monte Pindo y Finisterre con gran exactitud.
No es Santiago una ciudad marítima, pero si lo son la iconología de la vieira y el santiaguiño, mariscos abundantes en Carnota y Finisterre. Comienza la leyenda jacobea con la barca que en navegación de cabotaje transporta a Galicia los restos del apóstol. No interesa ahora la discusión sobre la historicidad de este hecho, sino que su enterramiento real en el siglo I, o su invención muy posterior, se localizan en un punto que pertenece a un eje geográfico cargado de significado social y simbólico. Pensamos en la reina Lupa que, finalmente, satisface los requerimientos de los discípulos de Santiago de un digno enterramiento para su maestro. Elige un lugar muy significativo e importante del mundo galaico indígena.
Explica este alineamiento el nacimiento de Santiago, como proyección del Pindo hacia el gran eje Norte-Sur que vertebra a la Galicia mas poblada. La ubicación del Pindo en una región apartada y remota habría provocado la aparición de este punto de Santiago al que el centro referencial transfiere un significado.
la catedral de Santiago no se orienta a un Oeste impreciso ,sino al monte Pindo y Finisterre con gran exactitud.
No es Santiago una ciudad marítima, pero si lo son la iconología de la vieira y el santiaguiño, mariscos abundantes en Carnota y Finisterre. Comienza la leyenda jacobea con la barca que en navegación de cabotaje transporta a Galicia los restos del apóstol. No interesa ahora la discusión sobre la historicidad de este hecho, sino que su enterramiento real en el siglo I, o su invención muy posterior, se localizan en un punto que pertenece a un eje geográfico cargado de significado social y simbólico. Pensamos en la reina Lupa que, finalmente, satisface los requerimientos de los discípulos de Santiago de un digno enterramiento para su maestro. Elige un lugar muy significativo e importante del mundo galaico indígena.
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